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lunes, 10 de noviembre de 2008

Empresarias deben vencer prejuicios

La mujer empresaria aún se enfrentan con limitantes de prejuicios y discriminación para llevar a cabo su participación en las actividades empresariales, ya que su inserción real en el poder económico requiere de profundos cambios sociales, políticos y culturales que apenas empiezan a cristalizarse, aseguró Rocío García Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).

Durante la inauguración del IV Encuentro Nacional de Mujeres Empresarias, la funcionaria federal señaló que ser mujer y tener poder económico, aunque sea sólo con una microempresa, significa para 87 mil empresarias una lucha cotidiana contra prejuicios y discriminación, a lo que se suma su obligación social de tener que conciliar el trabajo y la familia.

Sin embargo, reconoció que la participación de las mujeres en el ámbito empresarial ha tenido un paulatino crecimiento en las últimas décadas: “Hoy en día ya no está más en tela de juicio la capacidad de las mujeres para dirigir una empresa, por el contrario, se ha demostrado que no sólo puede con ello, sino también llevar una casa, educar a hijos e hijas y a veces hasta ser activista de su propia asociación”.

Las mujeres, en los últimos treinta años, hemos duplicado nuestra presencia en el mercado de trabajo, hemos mejorado nuestra escolaridad y, con ello, las posiciones en el mercado laboral respecto a nuestras madres y abuelas, destacó.

La titular del INMUJERES apuntó que aun cuando se ha aumentado la presencia en el ámbito laboral, las mujeres tienen mayores desventajas que los hombres porque muchas veces se incumple el derecho a la seguridad social e impuestos; se cree que el ingreso de las mujeres en el hogar es secundario, siendo que la realidad indica que en México un tercio de los hogares está encabezado por una mujer; y se considera que los hombres son los principales proveedores en el hogar, lo que descalifica a las mujeres de este papel.

En el caso de México, precisó, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en el segundo semestre de 2008 muestra que las mujeres empleadoras representan sólo el 18.6 por ciento, que se centran básicamente en microempresas relacionadas con la prestación de servicios, el comercio y en un rango muy reducido en las manufacturas y el transporte.

García Gaytán manifestó que otro aspecto que no es menor ante la necesidad de liderazgos femeninos en las empresas es el de la migración y la fuga de cerebros.

En el mundo, indicó, actualmente existen 100 millones de mujeres migrantes, lo que representa casi la mitad del total de personas que emigran y en estas oleadas de personas, ellas tienen mayores niveles de escolaridad que los varones, lo que está propiciando una feminización de la fuga de cerebros en todo el mundo.

Asimismo, la presidenta del INMUJERES anunció que el Modelo de Equidad de Género se renovará en 2009, donde se buscarán estímulos e incentivos para quienes capaciten y promuevan a más mujeres a mandos de liderazgo en las empresas como una medida positiva para aumentar el número de mujeres en puestos gerenciales en el sector privado.

Además, agregó, se buscarán mecanismos para alentar mayormente las empresas lideradas por mujeres, con incentivos que otorguen créditos, capacitación y asistencia técnica.

“Queremos proponer formas para que eliminen de su publicidad cualquier rasgo sexista y promuevan las tareas domésticas por igual en el ámbito familiar; tengan prácticas de eliminación del acoso y hostigamiento laboral y sexual en sus empresas y una política de conciliación vida familiar y vida laboral”, especificó.

Los retos de las mujeres empresarias, concluyó, son muchos, pero conjuntando la voluntad del gobierno federal, empresarias y sociedad civil a través de sus diversas instituciones que apoyan los proyectos económicos de mujeres se tendrá el mejor escenario para lograr la meta de la igualdad de género en un futuro no muy lejano.

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