Especiales

domingo, 22 de marzo de 2009

Cambios de luces para ir a la realidad



Por Sara Lovera
México, marzo (SEMlac).-Las asistentes al XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en su tercer día, han dado un vuelco al tema oficial de los fundamentalismos. Han preferido convocar a la acción política integral, ante el peligro real de la vuelta del conservadurismo en la región, lo que significaría el fracaso de más de 30 años de feminismo, basado en la libertad y la autonomía.Así, de cara a sus gobiernos, a los partidos llamados de izquierda pero omisos ante la problemática de las mujeres, los gobiernos de la simulación y las frustraciones sistemáticas de las agendas feministas, hoy se ha dicho basta.Las realidades latinoamericanas transversalizaron el encuentro. En conversatorios, sesiones de discusión, reuniones, foros y citas especificas, han saltado a la palestra, más que definiciones sobre lo que hoy sucede con los conservadores de toda la vida, para plantear-de cara y sin miedo- todos los agravios sufridos por las mujeres, los que atraviesan los cuerpos, los derechos, la cultura y el deseo, para solicitar un cambio en las estructuras que las oprimen.Ya en la última sesión de análisis del "tema oficial", hubo barruntos de rebeldía. Y en un conversatorio pusieron en la picota a los partidos llamados socialistas, en una gama inmensa; a los gobiernos que cambian constituciones, pero donde no ven a las mujeres en libertad; recordaron que, si hay cambios en muchos países de América Latina, estos tienen su raíz en los movimientos sociales, donde las feministas han invertido mucho, donde han puesto hasta la vida para que esto suceda, para luego ser desoídas y olvidadas.Hubo también autocríticas. Se llamaron reproductoras -sin querer- de autoritarismos y reconocieron la entrega de sus agendas, a veces como un cheque en blanco, como diría Patricia Mercado, ex candidata presidencial en México y creadora de un partido feminista que fracasó en su intento de hacer una política distinta para las mujeres.Mercado dijo a SEMlac que las feministas han puesto su principio básico -justicia social para la mitad de la población- en manos de partidos políticos que no responden. Dijo que si, ahora, un partido político en el poder, el PRD, en la ciudad de México, hizo posible la liberación del aborto, "fue por lo que nosotras hicimos".En el conversatorio de "Las feministas frente a los partidos de izquierda", dirigido por Clara Murguialda, de origen vasco y de corazón salvadoreña, 20 mujeres hicieron su cuenta de agravios y éxitos junto a la izquierda, el lado donde se ubica al feminismo.Pusieron en la picota a los partidos socialistas, por autoritarios que arrinconan las demandas feministas; a los gobiernos de muchos de esos partidos, porque su límite se expresa cuando se quiere ir a la raíz de la libertad femenina, según dijo claramente más de una oradora.Lourdes Zavala, hondureña, expresó que hay un colapso del sistema, los partidos y las políticas públicas, pero al tiempo reconoció que existe un movimiento social vivo, por lo que urge rescatarle al movimiento feminista democracia y ciudadanía.Ahí estaban las antiguas feministas, las de todos los encuentros, pero muchas jóvenes centroamericanas. Mónica Soto, de México, hizo una elocuente autocrítica al partido que pertenece, el PRD, y señaló que es urgente para las feministas equilibrar la relación de fuerzas, en clara alusión a la necesidad de que se salga de la inmovilidad institucional para organizar a las mujeres y así poder empujar verdaderos cambios.Alma Espinoza, del Uruguay, consideró que otra izquierda es posible y habló de dos grandes derrotas en su país y del agravio que significó la negativa a liberalizar el aborto, pero señaló que ya preparan una nueva iniciativa.A las izquierdas latinoamericanas, Gina Vargas las llamó "profundamente misóginas" y dijo que los movimientos sociales están haciendo política, y que es la política la que debe ampliarse entre las feministas, de manera integral y sistemática, para derribar los obstáculos antidemocráticos y los fundamentalismos.Una de las conclusiones, expresada por Norma Vázquez, mexicana/salvadoreña, fue sintetizada así: existen grandes brechas entre la agenda política de las izquierdas y los aportes del movimiento feminista; se pronunció por exigir laicicidad, democracia y un Estado de derecho, que hace falta por la cultura política que hombres y mujeres hemos heredado, situada en prácticas autoritarias.Magaly Pineda advirtió que la presión y el empuje deben hacerse antes de las elecciones, antes de esos procesos, para no llegar tarde. Convocó a dialogar con los partidos, los gobiernos y la sociedad, para no volver a "lamentarnos".Dentro de una capilla del ex convento Regina, faltaron lugares para las asistentes, muchas de las cuales terminaron sentadas en pasillos, el suelo y los rincones.La sesión concluyó, apuradamente, con el resumen de Morena Herrera, ex combatiente del Frente Farabundo Martí, de El Salvador: "Si no vamos al conjunto de la sociedad, si no vamos a los partidos políticos, si no trabajamos para garantizar nuestra libertad, si permitimos que nos resten fuerza, estaremos en presencia de la restauración del conservadurismo y el atraso en los gobiernos y la sociedad".La capilla retumbó. Afuera, en decenas de grupos y foros, los temas eran parecidos: las constituciones, los límites de la ley, la deuda histórica con las trabajadoras domésticas, los límites religiosos e impositivos, el desempleo y la crisis económica, la falta de puestos para las mujeres en la toma de decisiones, la pobreza y la exclusión, la discriminación y la opresión de las mujeres

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