Especiales

martes, 18 de mayo de 2010

Mujeres y política

Lejana justicia

Soledad JARQUIN EDGAR

La justicia se aleja, esa es la sensación que la gente tiene sobre la llamada ciudad judicial. Previsores de todo “los estrategas” de la administración pública decidieron realizar el cambio después de las elecciones del 5 de julio próximo. Se trata de no echarle más leña al fuego ni con las personas que acuden a atender asuntos judiciales menos con la burocracia.

Este conjunto de edificios inaugurados con bombo y platillos, discurso oficial, corte de listón a la usanza tradicional y la foto del recuerdo -donde aparecen sólo los señores que no tuvieron a bien empujar tantito a la procuradora María de la Luz Candelaria Chiñas, para que como ellos, pasara a la historia de ese idílico momento- están ubicados a una distancia de 45 minutos desde la ciudad de Oaxaca en automóvil propio, que aderezado por el intenso tráfico vehicular podría alcanzar hasta una hora de trayecto.

Sin duda, la geografía del valle central está saturada, es ya una gigantesca plancha urbana donde nadie cabe, la opción inmediata y sesuda fue mirar a los municipios conurbados como destino de los edificios para que la burocracia opere. Sin embargo, lo único que se logra es alejar a la gente, poner una especie de muro de contención entre el pueblo y el gobierno.

Dramático será el hecho de que la Fiscalía para Atender los Delitos de Género Contra la Mujer también sea ubicada en aquellos edificios fuera de la ciudad de Oaxaca, porque sería un retroceso en la posibilidad de que las mujeres puedan acudir a denunciar hechos tan aberrantes como la violencia que se comete contra ellas.

El problema fundamental de tomar estas decisiones es el desconocimiento. Es imposible, cierto, pedirle peras al olmo. Los sesudos pensantes de la organización de la burocracia judicial deberían saber que las mujeres violentadas salen repentinamente de sus casas, sin nada más que lo puesto, a veces con amenazas de muerte que en muchas ocasiones se ha cumplido, en medio de la noche o durante el día da lo mismo, y me pregunto ¿si tendrán que caminar hasta llegar a la ciudad judicial porque salen hasta sin dinero y cuando lleguen y les pidan su identificación, el acta de sus hijos e hijas, las harán volver?

¿De verdad creen que las mujeres acudirán hasta allá? Uno de los problemas de la violencia de género contra las mujeres es precisamente que ellas reconozcan que se comete un delito en su contra y que ser golpeadas no es derecho de sus parejas, todavía no se puede dar la vuelta del todo a esa página a pesar de los muchos millones de pesos que se han gastado en campañas. Estas mujeres tienen sobre ellas una losa pesada que les fractura la autoestima lo que hace más difícil el camino para salir de la violencia en la que viven.

Sin duda, ubicar la Fiscalía para Atender los Delitos de Género Contra la Mujer hasta los terrenos de Reyes Mantecón es un obstáculo más en la lucha contra la impunidad en la que siguen viviendo algunos señores, donde además se violará la confidencialidad de quien denuncia al pasar por todo ese complejo de edificios, donde no faltará quien la reconozca.

Ahora sí, el IMO y su titular, lo mismo que las organizaciones no gubernamentales que desde hace mucho tiempo le levantan la canasta a las instituciones en la atención a la violencia de género y el seguimiento –siempre indispensable- a los casos, así como las instancias municipales de género tienen mucho que decir al respecto y que ojala encuentren algún oído para atender esta demanda.

Y, finalmente sobre este tema, a menos que pongan un eficiente sistema de transporte público –lo que se ve sumamente difícil- lástima que ya quitaron las vías sino podrían pensar en un tren rápido tipo los que construyen el D.F., habrá graves problemas de estacionamiento, ya que la ciudad judicial tiene sólo dos mil cajones de estacionamiento para ocho mil empleados, basta que la mitad tenga automóvil (que no es difícil) para ocasionar el caos.

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