Especiales

miércoles, 30 de abril de 2008

Fátima Monterrosa, Premio Nacional de Periodismo




Desde pequeña me gustaba indagar, buscar e investigar todo lo que estuviera a mi alcance, a mí alrededor, bueno todo lo que ocurría en mi familia y en mi pueblo Huehuetán y en Tapachula, en la zona del soconusco, en la región de la costa de Chiapas.

En 1989, partí de Chiapas a la ciudad de Guadalajara con una maleta llena de ilusiones para estudiar la carrera de Ciencias de la Comunicación, y prepararme como periodista.

En la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) de manera superficial aborde las reglas para elaborar una nota, pero los criterios que utilizaban los profesores para plasmar un reportaje, una crónica se encontraban muy lejos de lo que se escribe todos los días en los diarios y revistas.

En el periódico Ocho Columnas de Guadalajara publique mis primeras notas, aunque estas no llevaban mi nombre porque realizaba mi servicio social. Estuve a punto de desertar del oficio reporteril debido a que me mandaban a cubrir notas rojas y el ambiente era algo pesado.

Entre las clases de la universidad, los policías y los muertos del servicio médico forense empecé mi labor de reportera, pero mi formación se realizó en las calles cubriendo marchas, plantones, tomas de tierras, enfrentamientos entre campesinos y entrevistas banqueteras de funcionarios y políticos.

Finalmente, en junio de 1993 termine la carrera de Ciencias de la Comunicación y unos meses después alcance mi titulo profesional.

El 1º. de enero del 2004 estalló el conflicto armado en Chiapas. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas en contra del gobierno mexicano en demanda de libertad, justicia y democracia.

Un grupo de indígenas rebeldes hizo que los ojos del mundo, y los míos voltearan a Chiapas. Tenía la oportunidad de regresar a mi tierra para vivir de cerca un conflicto armado.

No tenía un trabajo formal, así que empecé como frelance de varios medios de comunicación, principalmente de Guadalajara: Periódico Siglo 21, la radio de la Universidad de Guadalajara, una radio de Aguascalientes, entre otros medios locales chiapanecos.
También trabaje para medios internacionales como la agencia United Press International (UPI).

Fue en el año 1995, cuando me incorpore de manera formal como corresponsal en Chiapas, al grupo Radiopolis (Televisa radio).

De manera directa ingrese al programa “Detrás de la Noticia” en Televisa con Ricardo Rocha haciendo reportajes sobre el conflicto armado, social, político en Chiapas.

En la primera semana de diciembre del 1997, con el equipo de televisión de “Detrás de la Noticia” recorrimos varias comunidades indígenas en el municipio de Chenalhó para recoger los testimonios de las familias que huían de sus casas ante el temor de morir en manos de los grupos paramilitares. Recorrimos los campos de refugios, las aldeas donde sobrevivían familias enteras en condiciones infrahumanas.

El 22 de diciembre de 1997 -dos semanas después de haber presentado en televisión nacional, el reportaje llamado “Historia de una Infamia”- un grupo paramilitar atacó la comunidad de Acteal, dejando un saldo de 45 muertos y decenas de heridos.

Los saldos de la injusticia, la pobreza y los asesinatos perpetrados por los grupos de corte paramilitar marcaron mi trabajo como reportera.

Pero, también marcaron mi vida, unos huérfanos que lloraban horrorizados en el hospital de San Cristóbal de las Casas. Sus cuerpecitos habían sido atravesados por las balas de los paramilitares, que mataron a sus padres.

Continué trabajando con Ricardo Rocha después de que emigró de Televisa para constituir su agencia de radio y televisión llamada “Detrás de la Noticia”.

Alterne mi trabajo en radio y televisión con la prensa escrita. En el año 1999, el periódico El Financiero me contrató como su corresponsal en Chiapas.

Con un grupo de amigos –corresponsales de medios nacionales en Chiapas- fundamos el semanario “Páginas” que se distribuía en Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
El semanario cerró a los dos años por falta de publicidad.

Ante el estancamiento del conflicto armado en Chiapas, en junio del 2003 cambie mi residencia a la ciudad de México. De la selva lacandona a la selva de asfalto continúe reporteando para la agencia “Detrás de la Noticia”.

En febrero del 2006, renuncie a Detrás de la Noticia para incorporarme al recién constituido equipo de la revista emeequis, en donde me he especializado en realizar investigaciones sobre temas de corrupción y acceso a la información, pero también continúo trabajando en temas sociales como pobreza y marginación.

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