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miércoles, 6 de agosto de 2008

El abuso infantil


Aunque el problema de abuso sexual infantil ha sido conocido a lo largo de la historia, la propia situación de los niños dentro de la sociedad, caracterizada por la falta total de derechos, ha generado que hasta el siglo XXI el tema haya sido marginado de los diferentes ámbitos sociales. El abuso sexual infantil resulta un tema bastantes difícil de afrontar y por lo general es relegado y tiende a darse por concluido rápidamente.
La mayoría de las veces, estos casos son mantenidos en secreto; incluso para las personas más cercanas a los niños y niñas víctimas de abuso, se niega o se oculta y todo ello complica y limita la posibilidad de investigarlo a fondo y de proponer alternativas de prevención, detección e intervención eficaces. No obstante el tiempo que tiene siendo objeto de estudio, las aportaciones hechas hasta el momento, aunque muchas veces dispersas y poco precisas, significan un gran avance, han abierto un panorama de análisis muy amplio, dentro del cual abundan, por ejemplo, las definiciones de abuso sexual, abordadas de muchas formas y perspectivas, las cuales en general pueden resumirse como sigue:
"…se conoce como abuso sexual a toda agresión física o psíquica contra la esfera sexual del niño que se produce en contra en la voluntad del mismo, afecta su bienestar, viola sus derechos y en primer término, sirve para satisfacer las necesidades del adulto."
La diferencia entre el abuso sexual y los juegos sexuales comunes entre los niños radica, principalmente, en que el abuso se da como una imposición hacia el niño por una persona que se encuentra en condición de poder, y haciendo uso de él, utiliza al niño para su satisfacción sexual, en cambio, los juegos sexuales se dan entre niños de edades similares y precisamente en condición de juego, como una forma de conocer y explorar su cuerpo.
En la actualidad, la violencia en general y el maltrato infantil particular se han convertido en tema recurrente para los estudiosos de las ciencias médicas y sociales, desde donde se busca ofrecer alternativas para hacer valer los derechos de los infantes con miras a erradicar el abuso y la discriminación de los menores.
Pese a ello, es común que padres, maestros y adultos expresen su desacuerdo con la difusión masiva de los derechos de los niños, acompañado de frases como "son mis hijos y hago con ellos lo que quiero", o "ya ni se les puede llamar la atención", o "ahora quieren decirnos como educar a nuestros hijos".
Se cuestiona la utilidad de estas medidas o se les suma la necesidad de incluir "las obligaciones de las y los niños", lo cual muestra claramente el desconcierto ante la posibilidad de cambiar los métodos tradicionalmente usados para el cuidado, control y educación de los menores".
La mayoría de las relaciones de los menores con sus "mayores" se convierte en una relación de superior-subordinado, donde justamente los niños (as) ocupan el segundo lugar y a disposición y bajo las órdenes que "por su bien" imponen los adultos, los mayores definen, ordenan y lo que no se acata puede desembocar en sanción para el subordinado. Tal es el contexto en el que se genera el abuso infantil, entendido como toda acción u omisión que tiene por objetivo someter, sancionar, controlar y/o intimidar a un menor para conseguir que se comporte o haga lo que un adulto o "mayor" desea.
TIPOS DE MALTRATO: La mayoría de los especialistas en el tema han tipificado el abuso a menores en los siguientes 4 grupos, en función de las características y los métodos con que se ejerce:
Abuso físico: se manifiesta mediante golpes o lesiones (desde empujones, pellizcos, jalones o patadas, hasta el uso de armas de fuego o punzocortantes) aplicados al niño con violencia, como medida disciplinaria para educarlo. Estas agresiones se caracterizan por ser evidentes ya que regularmente se trata de golpes, quemaduras, mordeduras, laceraciones con cinturones, cables o látigos, encadenamiento, privación del alimento, etc.; lesiones que incluso pueden provocar la muerte, por hemorragias o porque al golpear se lastimen los órganos vitales como pulmones, intestino, hígado, etc.
Abuso emocional o psicológico: es la forma de violencia más difícil de identificar, ya que las consecuencias aparentemente no son visibles en el cuerpo, aunque sí en el estado de ánimo, las actitudes y en general en sus relaciones sociales. Éste tipo de abuso puede ser provocado por cualquier
Unidad del Centro de Información de Demografía y del Hábitat Calle 12 No. 164, entre 59 y 61 Col. Centro, 2º y 3º nivel, C.P. 24000 Teléfonos y fax: 01 (981) 81-1-65-29 y 81-6-54-92 extensión 209; E-mail: coespo1@prodigy.net.mx Página web: http://www.coespo.campeche.gob.mx/cindeha 2
adulto encargado del cuidado de los niños. Se manifiesta por el rechazo, la falta de afecto y atención, a través de insultos y malos tratos, amenazas o gritos que llevan mensajes destructivos, éstos provocan efectos de inseguridad, miedo, tristeza y agresividad por parte de los niños que son tratados de esta manera.
Abuso por negligencia o descuido: también se denomina abandono físico y/o psicológico, pues se ejerce independientemente de la presencia o ausencia de los adultos. Se caracteriza por el desinterés de los padres o tutores en las necesidades de su hijo o hija, se manifiesta por la falta de asistencia médica, mala alimentación, vestuario defectuoso, mala formación de hábitos y en general, se traduce en accidentes en los niños. Éste tipo de maltrato, en la mayoría de los casos es consecuencia de conductas como drogadicción, alcoholismo, etc., de los adultos y puede derivar en las mismas a los menores.
Abuso sexual: es todo acto realizado por un adulto o adolescente sobre un infante, lleva consigo el brindar estimulación o gratificación sexual con el consentimiento o no de la víctima, pues se considera que un niño o niña no tiene la madurez para evaluar sus consecuencias. Puede presentarse desde palabras insinuantes hasta penetraciones vaginales, anales u orales, con el pene u otros instrumentos así como exhibiciones y tocamientos del adulto hacia el niño, dentro de este tipo de abuso se encuentran también la prostitución infantil y la pornografía. Es el grupo de conductas que más tardíadamente ha sido reconocido, pues en ellas se pone en juego uno de los aspectos más sensibles e íntimos de los humanos: la sexualidad y el cuerpo.
Medidas de prevención: para prevenir el maltrato infantil se requiere sensibilizar sobre el problema y de la toma de conciencia de los daños que produce, esta sensibilización o cambio debe ir dirigido, principalmente, a personas que integran la familia y el contexto escolar. Al respecto, algunos autores han puesto en la mesa de discusión la necesidad de generar cambios en el personal dedicado al cuidado y atención de los niños, hay que tener en claro lo siguiente:
Obtener información acerca del maltrato, sus causas y consecuencias.
Reflexionar sobre el papel de los educadores, sus creencias y la disposición que tiene para involucrarse en plazos.
Obtener apoyo emocional, con frecuencia, eventos anteriores no resueltos, relacionados con la violencia, interfieren en el buen funcionamiento de acciones propuestas. Se debe aprender a escuchar y a solicitar apoyo emocional cuando se requiera.
Unidad del Centro de Información de Demografía y del Hábitat Calle 12 No. 164, entre 59 y 61 Col. Centro, 2º y 3º nivel, C.P. 24000 Teléfonos y fax: 01 (981) 81-1-65-29 y 81-6-54-92 extensión 209; E-mail: coespo1@prodigy.net.mx Página web: http://www.coespo.campeche.gob.mx/cindeha 3
Actuar, señalar la situación de un niño maltratado es empezar a protegerlo. El señalamiento puede hacerlo cualquier persona: un miembro de la familia, del vecindario y también un profesional (médico, maestro, trabajador social, etc).

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