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domingo, 31 de agosto de 2008

Mujeres, más de la mitad de adultos mayores

En México existen 8.6 millones de personas adultas mayores, de las cuales cuatro millones 677 mil 195, es decir el 54.12 por ciento, son mujeres que cuentan con 60 años de edad o más.

Los adultos mayores representan el 5.5 por ciento de la población de México. Del total de hombres mexicanos, 5.3 por ciento tienen 65 años o más, mientras que el 5.8 de las mujeres tienen esa edad.

A pesar de su bajo peso relativo, la población adulta mayor está creciendo de manera acelerada. Se prevé, según cifras del Consejo Nacional de Población, que para 2030, las mujeres de 60 años y más representen 18.7 por ciento del total de la población femenina y los hombres representen el 16.2 por ciento del total de población masculina.

Este proceso, resultado de la disminución de la fecundidad y el incremento en la esperanza de vida, se conoce como “envejecimiento demográfico” y tiene implicaciones importantes para los sistemas de pensión y jubilación, así como para el sistema de salud.

La población de 60 años y más se ha incrementado de 3.7 millones de mujeres, en el 2000, a 4.4 millones y de 3.2 millones de hombres a 3.9 millones.

Al igual que sucede en el resto del mundo, la sobrepoblación femenina en esas edades es resultado de estilos de vida de mujeres y hombres, todos ellos fuertemente asociados con roles estereotipados que la sociedad ha definido como femeninos y masculinos. A partir de los 20 años de edad, el número de mujeres empieza a rebasar de manera acentuada el número de varones, debido a una sobre mortalidad masculina que se debe en gran parte a accidentes, lesiones y otras enfermedades, producto de la exposición propia de los varones a eventos de riesgo, según lo socialmente aprendido.

La población femenina aumenta todavía más a partir de los 75 años de edad debido a una más intensa sobre mortalidad masculina, esta vez asociada principalmente a enfermedades crónico-degenerativas, que en su mayoría son resultado de estilos de vida que propician el deterioro de la salud, como fumar, la ingesta de alcohol, sedentarismo, así como por hábitos de posponer y dejar de lado el cuidado de la salud, principalmente en términos de prevención.

Según datos de la Secretaría de Salud, de las personas nacidas en 2005, se estima que al menos el 80 por ciento llegará con vida hasta los 60 años de edad, mientras que en 1970 el porcentaje representaba un poco más del 50 por ciento.

El aumento de la población en edades avanzadas viene acompañado de un incremento en las enfermedades crónico-degenerativas y muy probablemente en las discapacidades que el sector salud del país tiene que enfrentar, así como quienes rodean a los adultos mayores.

Existen 629 mil personas de 65 años o más con algún tipo de discapacidad, las cuales representan el 13.2 por ciento del universo de esa edad. 292 mil son hombres y 337 mil son mujeres.

Con base en una proyección del Consejo Nacional de Población, de dos millones de adultos mayores con algún tipo de deterioro funcional en 2000, la cifra crecerá a 7.3 millones en 2030 y a 15.1 millones en 2050.

El deterioro funcional, que se traduce en incapacidad o impedimento para la realización de las actividades cotidianas, afecta en mayor medida a las mujeres. Muchas de las condiciones de deterioro funcional que aparecen tardíamente en la vida de la mujer están relacionadas con la fisiología, la historia sexual y reproductiva, así como la calidad y el tipo de atención de salud recibida durante embarazos y partos.

La población adulta mayor es festejada desde que se celebró la primera Asamblea Internacional de la Organización de las Naciones Unidas dedicada al envejecimiento, realizada en 1982. En este mismo año se decretó conmemorar, a nivel internacional, el mes de agosto como el de la vejez y se invitó a los países miembros de la ONU a dedicar una fecha para el festejo de la población anciana. En México se determinó que el 28 de agosto de cada año sería considerado como el Día del Anciano.

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