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miércoles, 24 de febrero de 2010

Buscará AI liberar a Teresa y Alberta

Caso emblemático de discriminación de la justicia mexicana

Paulina Rivas Ayala

México, DF, 24 feb 10 (CIMAC).- Amnistía
Internacional (AI) analizará la nueva sentencia
condenatoria en contra de Teresa González y
Alberta Alcántara, dos mujeres indígenas otomíes
falsamente acusadas de haber secuestrado agentes
de la AFI en Querétaro en 2006, y apoyará los
esfuerzos de las dos mujeres, sus familiares y
sus abogados, en su lucha por la justicia y la libertad.

En un comunicado, AI declara que recibió con
enorme decepción la decisión de un juez federal
de esta condena, que refleja la grave debilidad
del sistema de justicia mexicano que, al no
garantizar su derecho a un juicio justo,
discrimina a las personas más vulnerables.

Tal es el caso de Teresa y Alberta, declaradas
por ese organismo internacional como presas de
conciencia, al considerar que el único motivo de
su procesamiento y prolongada permanencia en
prisión es el hecho de ser mujeres, indígenas y
vivir en condiciones de pobreza.

Este caso, añade el documento, representa un
emblema sobre la forma en que las y los indígenas
en México enfrentan recurrentemente procesos injustos en razón de su identidad.

Las dos mujeres han sido objeto de un proceso
basado en la fabricación de evidencias por parte
del Ministerio Público federal, a pesar de que la
defensa y la Comisión Nacional de Derechos
Humanos (CNDH) demostraron las irregularidades de
la investigación y la falta de credibilidad de
las declaraciones de los agentes de la AFI involucrados.

La sentencia en contra de Teresa y Alberta se
basa en estas pruebas sin garantizar la
presunción de inocencia o la igualdad procesal
entre la defensa y la acusación, mismos que son
elementos fundamentales de un juicio justo, precisa AI.

Enfatiza que esta nueva condena, solo animará a
las y los integrantes de AI en el mundo para
trabajar más intensamente por la libertad
inmediata e incondicional de Teresa y Alberta.


LA FAMILIA
Gabriel Alcántara Juan, hermano de Alberta y
esposo de Teresa González, informó en entrevista
telefónica con Cimacnoticias que el gobernador de
Querétaro, José Calzada Rovirosa, se comunicó con
ellos este lunes para ofrecerles una audiencia
privada en los próximos días, a fin de analizar
las acciones para buscar la libertad de las mujeres otomíes.

El entrevistado dijo que el ejecutivo local
refirió que habló directamente con el Procurador
General de la República, Arturo Chávez Chávez,
para solicitar la colaboración de la Procuraduría
General de la República (PGR) en torno a la liberación de Alberta y Teresa.

Cabe recordar que la PGR siempre ha tenido una
postura acusatoria contra Alberta y Teresa,
incluso el 25 de noviembre pasado que presentó
sus conclusiones del segundo juicio contra ellas
pidió al juez Rodolfo Pedraza Longi que les dictara 40 años de prisión.

Alberta y Teresa fueron detenidas el 3 de agosto
de 2006 junto con Jacinta Francisco Marcial, y
las acusaron de privación ilegal de la libertad
en su modalidad de secuestro contra seis
elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI).

A pesar de que se les juzga por los mismos hechos
y los mismos elementos de prueba, Jacinta ya
obtuvo su libertad en septiembre pasado luego de
que Hans Eduardo Muñoz López, magistrado del
Tribunal Unitario de Distrito ordenó la
reposición del proceso penal por las irregularidades en la investigación.

En un primer momento, las tres fueron condenadas
a 21 años de prisión y 91 mil pesos de multa por
Pedraza Longi por los hechos ocurridos en el
tianguis de Santiago Mexquititlan el 26 de marzo
de 2006 cuando los agentes federales llegaron al
lugar armados, vestidos de civil y sin orden de
cateo a despojar a los tianguistas de sus pertenencias.

Teresa se encontraba en el lugar debido a que
ella y su esposo Gabriel tenían un puesto de
discos en el tianguis y ante la actitud de los
agentes, ella les exigió que se identificaran y
en ese momento llegó su cuñada Alberta quien la apoyó en la petición a los AFI.

Tres meses después las detuvieron sin ninguna
otra prueba que unas fotografías periodísticas.

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