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lunes, 21 de julio de 2008

Acciones con enfoque de género frente al Sida

Por Ángela Castellanos
Bogotá, julio (Especial de SEMlac).- Los programas de prevención y atención del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), deben tener enfoque de género para detener la tendencia a la feminización de esta epidemia, recomendó el Plan Nacional de Respuesta al VIH-sida 2008 -2011 de Colombia, recientemente aprobado.
En este país, la proporción de hombres infectados, respecto a mujeres, pasó de 11,2 a 2,8 en el período comprendido entre 1985 y 2004, lo cual evidencia la tendencia hacia la feminización de este padecimiento, principalmente debido a la transmisión del VIH por relaciones heterosexuales, de acuerdo con datos y análisis del Plan, que realizó ONUSIDA-Colombia, junto con el Ministerio de Salud y con la participación de entidades de atención médica y organizaciones comunitarias.
"Esta tendencia es mundial. Se ha venido presentando desde hace ya varios años en otros países y está vinculada a las relaciones de poder que se dan en contextos predominantemente patriarcales, donde las mujeres tienen pocas posibilidades de negociación, especialmente en lo relativo al sexo seguro y a la fidelidad de sus parejas", afirmó a SEMlac Camila Umaña, asistente de Dirección de Oriéntame, una organización sin ánimo de lucro especializada en salud sexual y reproductiva.
La estrategia "AFP" (Abstinencia, Fidelidad y uso de Preservativos) ha sido pilar de muchos programas de prevención, pero "para muchas mujeres, este mensaje carece de sentido, pues no están en capacidad de negociar relaciones basadas en estos principios", señala el Plan, que recopila las principales orientaciones y acciones a realizar en las áreas de promoción y prevención, asistencia integral, apoyo y protección social, así como en el seguimiento y evaluación de la respuesta al VIH-sida.
"El enfoque de AFP está parado sobre una teoría moralista, que trata de lograr la abstinencia como pilar único para la prevención; sin embargo, es sabido que ese modelo tiene muy poco éxito. Las campañas dirigidas a las mujeres deben ser más realistas, teniendo en cuenta lo que realmente les sirve y necesitan de acuerdo a cada contexto socio-cultural -educación, información y demás--, y no lo que alguien considera correcto, léase abstinencia", puntualizó Umaña.
"Para que las mujeres logren tener una capacidad real de negociación en temas del sexo seguro, se requiere mucha educación tanto de ellas como de los hombres, para lograr cambiar los paradigmas existentes", añadió.
El Plan está enmarcado en las estrategias para dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y busca lograr el acceso universal al tratamiento médico -incluido el antirretroviral- a la población con VIH-sida, a partir de la participación comprometida de los diferentes actores involucrados en el tema.
Entre 1983 y 2007, en Colombia se diagnosticaron cerca de 57.500 personas que viven con el virus o han desarrollado la enfermedad, de los cuales 24.000 fallecieron. Según el mismo documento, estas cifras están por debajo de la realidad y se estima que habría unos 171.500 individuos entre 15 y 49 años infectados o con sida, es decir una prevalencia de 0,7 por ciento, indicador por debajo de la meta prevista por los ODM.
No obstante, las autoridades sanitarias colombianas quieren ir más lejos de las Metas del Milenio, a partir de las experiencias exitosas y de las falencias subsistentes.
Durante los últimos cuatro años, se han logrado grandes avances para garantizar la atención integral de los pacientes con VIH y sida, tales como la incorporación de todos los medicamentos y los procedimientos diagnósticos disponibles en Colombia en el Plan Obligatorio de Salud (POS), que es el paquete de seguridad en salud para los colombianos, y al que debe estar afiliado quien trabaje en la economía formal en este país.
Sin embargo, no todos los prestatarios de los servicios de salud que participan en el Sistema Nacional de Salud brindan la atención adecuadamente.
"A veces no dan una completa asesoría previa a la prueba (de detección del VIH); o cuando hay cambios de medicación en los tratamientos se demoran en poner a disposición del paciente el nuevo medicamento; o bien no hay suficiente confidencialidad", explicó a SEMlac Natalia Arena, asesora de la Liga Colombiana de Lucha contra el sida, entidad que participó en la elaboración del Plan.
Se estima que del total de personas diagnosticadas, 23.000 requieren tratamiento antirretroviral. Los informes de evaluación externa del programa indican que la cobertura de tratamiento es cercana al 72 por ciento, lo cual es muy positivo, pero el Plan busca aumentarla al cien por ciento. No obstante, para ello se requiere que todos los colombianos estén afiliados al POS.
Un esfuerzo exitoso, y que ese programa propone retomar y expandir, es la estrategia de prevención de transmisión perinatal. En el período 2003-2007 se le practicó la prueba diagnóstica a 547.164 mujeres embarazadas, 1.127 de las cuales (0,21 por ciento) resultaron positivas para VIH.
A este grupo se le brindó el tratamiento para evitar la transmisión madre-hijo. Como resultado, sólo 30 niños fueron seropositivos, gracias a lo cual pudieron evitarse por lo menos 200 casos de transmisión por esta vía, señala el Plan.
"En algunos casos, después de dar a luz, las mujeres no continúan adecuadamente su tratamiento, en parte por descuido de las instituciones prestadoras de los servicios de salud, y en parte, por ellas mismas, que dicen 'ya mi hijo nació sano, y eso es lo que importa', o que tienen depresión posparto", agregó Arenas.
"Es que el POS brinda el tratamiento farmacológico, pero no siempre hay disponibles las terapias psicológicas específicas que se requieren", puntualizó.
A través del Plan, se pretende superar la brecha de cobertura de servicios preventivos, de atención en salud y comunitarios para los siete grupos más vulnerables: personas viviendo con el VIH o con sida, hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales, personas privadas de la libertad o en situación de calle, jóvenes desplazados o viviendo en contextos de desplazamiento y desmovilizados de grupos armados irregulares.
En cuanto a sectores etarios, plantea hacer énfasis en los adolescentes y la población adulta joven, ya que cerca de 60 por ciento de los casos reportados corresponden a individuos entre los 15 y 34 años de edad.
El Plan está diseñado para cuatro años, con un costo total de 60,6 millones de dólares, sin incluir los costos directos de atención y medicamentos antirretrovirales, los cuales están cubiertos a través de otras fuentes.(fin/semlac/08/ac/la/mrc-sm-zp/1.058 palabras/5.624 caracteres)

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