Especiales

lunes, 7 de julio de 2008

Reportaje Especial

Cinco minutos para recordar a Vinicio *
El quería un país seguro para sus hijos, para mí y para sus nietos

Por Alba Trejo

A Vinicio le hubiera gustado ver el último partido de la Eurocopa. Le hubiera llenado de alegría inmensa saber que España levantaría la copa el 29 de junio. "Ganamos tres a cero", me dijo la última noche que estuve a su lado, el jueves 26. Y justo el día de su entierro, su equipo favorito ganaba el campeonato. Aquella noche, en lugar de celebrar, sin embargo, vi en su rostro preocupación por algo que nunca llegué a saber.
En su velatorio pedí cinco minutos para estar a solas con su cuerpo porque quería repasar su vida, recordar lo mejor del hombre y el Ministro, y reafirmarle el amor incondicional y profundo que despertó en mí cuando lo conocí, en 1996.
En esos cinco minutos recordé que, doce u once años atrás, me dijo que un día sería Ministro de Gobernación porque quería un país seguro para sus hijos, para mí y para sus nietos.
Vinicio no dejó de ser humano al asumir el puesto de Ministro. Los fines de semana se vestía una gorra, una pantaloneta y una playera, y como siempre salíamos con los hijos a hacer las compras o a comer rellenitos y chuchitos a La Antigua, o a comprar helados, o darle una vuelta al Centro Histórico. Le gustaba manejar y siempre fue considerado con su seguridad, de quienes buscaba que estuvieran bien y descansaran porque valoraba el trabajo que ellos hacían; por eso el fin de semana casi siempre paseábamos solos y eso le permitía una vida más íntima con nosotros.
Le gustaba mucho llegar a Chimaltenango, dar la vuelta por Los Aposentos y tomar la ruta a La Antigua. Vinicio amaba mucho a este país, juntos visitamos cada rincón de Guatemala y cuando venían a visitarnos nuestros amigos extranjeros, él se convertía en el guía de turismo y los llevaba a conocer Iximché, Semuc Champey, Atitlán o Quetzaltenango, y les contaba la historia y la costumbre de los pueblos.
'Vini', como le decíamos en casa, siempre buscó un hueco de su agenda para estar con su familia, y siempre estaba pendiente de nuestras vidas a pesar de su trabajo. Recuerdo que hizo un gran esfuerzo para ir a la celebración del Día del Padre en el colegio de sus hijas, Sofía y Natalia; las oyó cantar, comió con ellas y luego se retiró a su despacho para atender a un grupo de indígenas que quería su apoyo para tener seguridad en sus pueblos.
'Vini' tenía muchos amigos que lo querían porque nunca le falló a ninguno. Era abierto para todos. Para mi 'Gordo' no había indígenas, ricos, pobres, políticos o empresarios, siempre fue justo y equitativo con todos porque decía que su carrera de medicina le había permitido ser más sensible ante la tragedia y el dolor.
Recordé en cinco minutos su risa espontánea, a pesar de una apariencia muy seria, cuando en las reuniones con amigos era el alma de la fiesta y contaba anécdotas de los hechos que había vivido en su vida y los que vivía ahora.
Siempre fue un hombre que sabía hacia dónde iba y lo que quería. Eso le permitió que no le temblara la mano al momento de tomar decisiones importantes, como depurar la Policía o atacar las redes del crimen organizado.
Dormía fácil, decía que había que aprovechar cerrar los ojos aunque fuera media hora porque no se sabía lo que podía ocurrir. Siempre al pendiente de todo. Madrugaba para saber de los sucesos ocurridos en la noche y así, tras recibir la acostumbrada llamada del presidente Alvaro Colom, informarle con detalle y aconsejarlo en sus decisiones. Sentía un profundo respeto por el Presidente porque decía que Álvaro jamás le había presionado y respetaba el trabajo que hacía.
Vinicio dejó su vida inconclusa y la nuestra también, nos hará tanta falta a sus hijos y a mí porque era nuestra fuerza. Nuestro corazón sufre ahora, perdimos al hombre que más amábamos, y el país también perdió al Ministro que quiso dejar un país ejemplo, en el que todos pudiéramos caminar seguros y confiáramos en la Policía.
Vinicio, hasta donde usted esté, llegue el amor de sus hijos y el mío, su nombre estará siempre en alto porque hizo en poco tiempo tantas cosas por nosotros y el país.
* El pasado 28 de junio, Guatemala y el mundo se desvelaron con la noticia de la dramática pérdida del Ministro de Gobernación de ese país, Vinicio Gómez, fallecido en un accidente aéreo, junto a otros acompañantes, cuando cumplía sus funciones habituales de trabajo. La noticia conmovió particularmente a esa nación y a la red de periodistas de SEMlac. Hoy reproducimos la nota que publicara en El Periódico de Guatemala su esposa, Alba Trejo, corresponsal de nuestra agencia en ese país, como homenaje personal y también nuestro.

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