Especiales

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Siempre Amalia

El Instituto para las Mujeres Zacatecanas, comparte el Artículo de la Escritora Guadalupe Loaeza, publicado en el Periódico Nacional “Reforma” lo que escribió.

Conforme escuchaba emocionada su IV Informe sentía una culpa enorme. Culpa por haberla abandonado durante casi cuatro años que lleva como Gobernadora Constitucional y no haber estado más cercana e informada respecto a su trabajo. Hay que decir que tengo la impresión de que fue ayer cuando vine a Zacatecas para festejar su triunfo como la primera Mujer Gobernadora de su Estado. Unos días antes la entonces candidata a la gubernatura por el PRD había padecido una guerra atroz no nada mas por parte de sus opositores, lo cual era totalmente previsible, si no del propio Gobernador saliente de su mismo partido. No obstante todos los rumores, chismes, difamaciones, bloques en los medios electrónicos durante su campaña y volantes de desprestigio, finalmente Amalia García ganó las elecciones con un 46 por ciento contra el 34 por ciento que obtuvo el candidato del PRI-PVEM-PT, Eulogio Bonilla. Era evidente que con ello Amalia derrotaba el machismo tan arraigado tan en Zacatecas.

Decenas, varias decenas de machos advertía desde mi lugar en el Honorable Congreso del Estado, mientras su Gobernadora decía con “la dulce firmeza” que la caracteriza: “Mi primera decisión (al llegar a la gubernatura) fue no aceptar el tutelaje de nadie por encima del pueblo de Zacatecas y de sus instituciones democráticas. Ninguna persona podría colocarse por encima de la soberanía del Estado de Zacatecas. Eso ha molestado a quienes han deseado sentirse dueños de las personas y manipular sus necesidades, sus problemas, sus esperanzas y sus justas aspiraciones para lograr una vida digna.”

Observadora como creo serlo, me fijé que todos a mi derrededor ponían cara de que yo no fui. Seguramente entre la numerosísima asistencia se encontraban muchos empresarios, ganaderos, periodistas y representantes de la sociedad civil. El recinto estaba lleno; no cabía un alfiler. Amalia estaba vestida, como de costumbre, con una sencillez apabullante: traje sastre gris, suéter rojo y como único accesorio, aretes y collar de perlas. Noté que su pelo había crecido y que lo llevaba en forma de melenita, estilo muy clásico que contrastaba con unos lentes muy modernos. Su voz era pausada, de vez en cuando interrumpía su discurso para beber un poco de agua. Su actitud era de absoluta tranquilidad. A ella sí que no se le mueve la mano para decir las cosas, sobre todo cuando aclara que: “Esas voces (las que siempre la critican) no descansan y a todo se oponen buscando preservar sus intereses personales o de grupo; les divierte difundir rumores insidiosos intentando sembrar odios y temores entre la población y no dudan en recurrir a casi todo para colocar obstáculos para la gestión gubernamental.” Por donde veía continuaba las expresiones de los presentes de “yo no fui, fue Teté.” Si, seguramente para muchos, García Medina se ha convertido en una “gobernadora incómoda.” No hay que olvidar que la visión política de Amalia se caracteriza por ser una visión izquierda; no hay que olvidar que Amalia siempre se ha preocupado por la desigualdad, por los derechos de los ciudadanos, por la equidad de género, por los migrantes y por la democracia.



Que estimulante resultaba escuchar un discurso en el cual se enumeraban tantos logros: “los zacatecanos ya no tenemos que importar fríjol. Hay abasto y su precio es moderado”, “nuestro estado ocupa el lugar 28 en el índice nacional de inseguridad”, “se creó la Subsecretaría de Seguridad”, “aumentamos los sueldos de los bomberos, custodios, agentes de tránsito, policías estatales preventivos, policías ministeriales, comandantes y peritos…”, “aquí los tres poderes del Estado, presidentes municipales, diversos organismos y representantes de la sociedad civil y medios de comunicación firmamos el 27 de Agosto el capitulo Zacatecas denominado Acuerdo Estatal por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad”, “este año estamos construyendo otros veinte centros de salud”, “realizamos tan sólo en este año 64,426 detecciones de cáncer cérvico-uterino y 64,426 detecciones de cáncer de mama en mujeres de 15 años”, “hoy ocupamos en primer lugar en formación de profesionistas en PSP y se están certificando en idioma ingles”, “de cada peso que recaudamos 67 centavos van a educación”, “en mi gobierno la inversión a cultura se ha incrementado en 700 por ciento…”, “en Zacatecas se encuentra la mayor planta cervecera de America Latina, hoy el 100 por ciento de la cebada que ocupa esta planta es producido en Zacatecas”, etcétera, etcétera. Era imposible no aplaudir por cada logro por parte del gobierno, tanto por lo que se refiere al desarrollo económico, como obra pública y social. Por mi parte me sentía sumamente gratificada por haber asistido por haber asistido (tuve que tomar un avión en Veracruz a las siete de la mañana para poder estar presente) al IV Informe de Amalia. Me urgía escuchar buenas noticias en relación a un gobierno de izquierda, especialmente si se trata de un gobierno encabezado por una mujer que bien podría ocupar la silla en el 2012. La parte que mas me conmovió del discurso es la que Amalia le dedicó a Tlaltenango, un pueblo zacatecano que recibió, hace apenas unas semanas, una extraordinaria cantidad de lluvia, lo cual provocó el desbordamiento del Río de Xaloco. Se refirió a un caso de hombre que expuso su vida por salvar a un ser humano que estaba apunto de ahogarse. La forma tan cálida y solidaria en la que lo narraba Amalia resultaba profundamente humana. Era evidente que ese fragmento no era leído, si no dicho desde el fondo de su corazón. No hay duda de que Amalia gobierna con la cabeza, pero también con el corazón; claro, también lo hace con la experiencia de su riquísima trayectoria política.

En tanto la escuchaba me lamentaba que Felipe calderón no nos hubiera rendido a todos los mexicanos y mexicanas un informe, un reporte que nos diera cuenta de las acciones emprendidas. Como ciudadanos y ciudadanas tenemos derecho de estar informados. Hace unos días me llamó mi hija muy alarmada y me dijo: “Mamá no tenemos Presidente. ¿Cómo que no va a dar su informe? Entonces, ¿nada más nos enteramos de lo que pasa en nuestro país por la tele? ¡Que mala honda!” Y vaya que es una pésima onda, porque si algo necesitamos en estos momentos por parte de Calderón no son cápsulas televisivas o pequeñas entrevistas informativas, esta fórmula no hace más que ahondar aún más el hueco y el vacío que percibe mi hija.

Estoy segura que después de escuchar el IV Informe de Amalia García, los zacatecanos se sentirán más seguros, se sentirán mas cercanos a su gobernadora, la conocerán aún mejor, y por ende se sabrán gobernados correctamente por una Mujer que seguramente piensa en cada uno de ellos las 24 horas del día. ¡Que bueno que siempre estará Amalia!

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